TORREBLANCA®
2009-06-11 13:42:20 UTC
06 junio 2009
Prohibido pensar, prohibido hablar
El colmo. La atorrancia intolerante regente ya no sólo pretende ni se
conforma con el control abusivo de la política y economía del país. De
los dólares (Cadivi) de todos los venezolanos. De la propiedad ajena
(privada). Del comercio y la libérrima iniciativa ciudadana. De los
Poderes Públicos. De las empresas e instituciones del Estado, desde
Pdvsa y la CVG, pasando por la telefónica, las hídricas y las
eléctricas, hasta la FAN. Ahora aspira, si se le permite sumisamente,
regular lo que la población piensa y expresa. Y lo que lee, mira o
escucha.
En efecto, este régimen cuartelero, que intenta criminalizar toda
iniciativa particular contraria los designios del Supremo Hacedor, se
propone, mediante acciones conminatorias e intimidantes, impedir que
los venezolanos se informen legítima, oportuna y verazmente por
voceros distintos a los de la preclara e inefable monarquía tropical.
El soberano no deberá enterarse de las correrías o repliegues del
Supremo, tampoco de la ineficacia o corruptelas de su comandita y
menos de cualquier acontecimiento trascendental (vendavales, vaguadas,
sismos, etc.), nacionales o internacionales, hasta que la censura
oficial lo consienta.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, en lo
adelante los medios de comunicación social privados tienen prohibido,
so pena de ser fusilados moralmente en VTV y, eventualmente, sometidos
a una averiguación penal por parte de la Fiscalía, "sugerida" por
Usía, hacer pública cualquier información (de interés colectivo) si
ésta no es suministrada por el burócrata "autorizado" del organismo
oficial "correspondiente".
La advertencia-amenaza fue hecha por el Inameh con motivo de la
revelación "desestabilizadora", en este diario, del aumento de la ola
de calor en Caracas. La acción "terrorista" quedó configurada cuando
el reportero, tras intentar infructuosamente obtener información
"oficial", optó por consultar la página web especializada en clima
www.weather.com. Según la pretensión del citado ente, los medios
tendrían absolutamente vedado consultar cualquier fuente alterna, más
si es externa, por muy idónea y calificada que ésta sea. ¿Pensamiento
único? ¿Hegemonía comunicacional?
Semejante imposición es censura informativa. Viola la libertad de
fuente. Coarta la prerrogativa de los ciudadanos a expresarse y estar
informados. Transgrede todos los acuerdos internacionales sobre
libertad de expresión, entre otros, la Carta Democrática de la OEA. Y
atenta contra el derecho a la información plural.
Esta pretensión, inaceptable, es típica de toda dictadura, cualquiera
sea su pelaje ideológico. Se "reservan" el derecho exclusivo de
informar. Cuando informan. Y, generalmente, no lo hacen. Se
especializan en deformar la información. U ocultarla, según le
convenga. No al lockout informativo.
Miguel Sanmartín
El Universal
***@eluniversal.com
Prohibido pensar, prohibido hablar
El colmo. La atorrancia intolerante regente ya no sólo pretende ni se
conforma con el control abusivo de la política y economía del país. De
los dólares (Cadivi) de todos los venezolanos. De la propiedad ajena
(privada). Del comercio y la libérrima iniciativa ciudadana. De los
Poderes Públicos. De las empresas e instituciones del Estado, desde
Pdvsa y la CVG, pasando por la telefónica, las hídricas y las
eléctricas, hasta la FAN. Ahora aspira, si se le permite sumisamente,
regular lo que la población piensa y expresa. Y lo que lee, mira o
escucha.
En efecto, este régimen cuartelero, que intenta criminalizar toda
iniciativa particular contraria los designios del Supremo Hacedor, se
propone, mediante acciones conminatorias e intimidantes, impedir que
los venezolanos se informen legítima, oportuna y verazmente por
voceros distintos a los de la preclara e inefable monarquía tropical.
El soberano no deberá enterarse de las correrías o repliegues del
Supremo, tampoco de la ineficacia o corruptelas de su comandita y
menos de cualquier acontecimiento trascendental (vendavales, vaguadas,
sismos, etc.), nacionales o internacionales, hasta que la censura
oficial lo consienta.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, en lo
adelante los medios de comunicación social privados tienen prohibido,
so pena de ser fusilados moralmente en VTV y, eventualmente, sometidos
a una averiguación penal por parte de la Fiscalía, "sugerida" por
Usía, hacer pública cualquier información (de interés colectivo) si
ésta no es suministrada por el burócrata "autorizado" del organismo
oficial "correspondiente".
La advertencia-amenaza fue hecha por el Inameh con motivo de la
revelación "desestabilizadora", en este diario, del aumento de la ola
de calor en Caracas. La acción "terrorista" quedó configurada cuando
el reportero, tras intentar infructuosamente obtener información
"oficial", optó por consultar la página web especializada en clima
www.weather.com. Según la pretensión del citado ente, los medios
tendrían absolutamente vedado consultar cualquier fuente alterna, más
si es externa, por muy idónea y calificada que ésta sea. ¿Pensamiento
único? ¿Hegemonía comunicacional?
Semejante imposición es censura informativa. Viola la libertad de
fuente. Coarta la prerrogativa de los ciudadanos a expresarse y estar
informados. Transgrede todos los acuerdos internacionales sobre
libertad de expresión, entre otros, la Carta Democrática de la OEA. Y
atenta contra el derecho a la información plural.
Esta pretensión, inaceptable, es típica de toda dictadura, cualquiera
sea su pelaje ideológico. Se "reservan" el derecho exclusivo de
informar. Cuando informan. Y, generalmente, no lo hacen. Se
especializan en deformar la información. U ocultarla, según le
convenga. No al lockout informativo.
Miguel Sanmartín
El Universal
***@eluniversal.com